La elevación a ciudad llegó bajo la gobernación del Brigadier Pedro Ferré, consolidó siglos de presencia humana que arrancan en 1772 cuando la zona fue reconocida oficialmente. Dos años después, en 1774, la localidad se convirtió en posta del camino hacia Buenos Aires.

Los primeros propietarios, Bernardo Olivera, portugués, y Gregoria Goya Morales, correntina, dejaron las primeras huellas de asentamiento. La capilla dedicada a Nuestra Señora del Rosario se erigió en 1806, un punto de encuentro para los pobladores. La declaración como villa llegó en 1825 y la infraestructura sanitaria se completó con el primer hospital, San Juan de Dios, fundado por Sinforosa Rolón y Rubio.

La educación recibió impulso con la Escuela Normal, encabezada por las profesoras Isabel King y Raquel King. La historia dejó relatos imborrables como el trágico amor joven de Camila O’Gorman y el cura Uladislao Gutiérrez.

El paisaje conserva rincones que evocan nombres femeninos, la Isla de Las Damas, la Laguna de las Mujeres y colonias inmigrantes bautizadas como Carolina e Isabel Victoria.

Cada verano, del 24 de noviembre al 18 de febrero, el período de golondrinas renueva el aire y los recuerdos.

Fuente: Época