Domingo 16 de Noviembre de 2025
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Ni Riesgo Kuka ni Riesgo Milei: el Gobierno ató su suerte al Riesgo Donald

La promesa de ayuda es un salvavidas imprescindible para la Casa Rosada, pero el mundo ya aprendió que las decisiones de Trump son provisorias.

 

Habrá que darle menos importancia a la discusión entre quienes denuncian el Riesgo Kuka y quienes contraatacan con el Riesgo Milei. El Gobierno acaba de atar su suerte a un Riesgo importado, que convierte en microscópicos los desafíos de los rivales políticos locales: el Riesgo Donald.

Con un posteo en las redes sociales, que tuvo la delicadeza de imprimir para que no dejar dudas sobre el alcance de su compromiso con Javier Milei, Donald Trump prometió un apoyo al gobierno argentino de un volumen desconocido para los registros de los últimos años.

Ese anuncio, precedido por una larga tira de tuits del secretario del Tesoro, Scott Bessent, le sirvió al Gobierno para sacar la cabeza de la inundación en la que había quedado sumergido por las tormentas generadas por los errores propios y el huracán de la derrota bonaerense. El mercado interpretó esos mimos virtuales como si fueran amor verdadero y por eso los bonos, las acciones y el dólar volvieron a niveles más parecidos a los que había antes de la debacle.

Trump es acaso el dirigente global más volátil de la historia moderna y a la vez es el político más poderoso del mundo. Sus amenazas, elogios, promesas y decisiones cambian en horas, pero ningún país puede dejar de escucharlas. Desde esta semana, Milei quedó protegido por un salvavidas fabricado en otro país y con procedimientos que no maneja.

Eso pasó varias veces en la Argentina, y buscar garantías afuera para evitar problemas internos puede ser incluso una estrategia recomendable, pero Trump no es un presidente cualquiera de Estados Unidos: colecciona declaraciones exactamente contrapuestas en materias mucho más determinantes para su país que el anunciado apoyo a Milei. Trump anunció, revirtió y volvió a anunciar aranceles para miles de productos de decenas de países; elogió, castigó y volvió a lisonjear a colegas tan disímiles como Vladimir Putin, Volodimir Zelenski, Benjamin Netanyahu y Lula y ofendió a aliados históricos como Canadá o Francia. El mundo ya aprendió que sus decisiones siempre son provisorias.

Hasta hoy, la sorprendente promesa de ayuda alcanzó para mejorar muchísimo la situación financiera del Gobierno, pero los propios estadounidenses fueron muy ambiguos en dos cuestiones centrales.

La primera duda es: ¿habrá que resignar los 18.500 millones de dólares del swap chino para acceder al intercambio de monedas que prometió Bessent? El propio funcionario había dicho este año en Buenos Aires que el swap chino debía terminar, pero luego, en las reuniones que mantuvo con banqueros y empresarios estadounidenses, evitó el tema.

Otra incógnita más profunda es: ¿el paquete de ayuda está atado a la suerte del Gobierno en la elección nacional del mes próximo o si el oficialismo pierde el dinero estadounidense llegará igual? En el gobierno de Trump creen que hacen un aporte a un amigo si insinúan que los dólares llegarán solo si gana La Libertad Avanza, pero en Buenos Aires, conocedores de que un elogio de Washington puede ser a la vez un salvavidas financiero y un ancla electoral, se están preparando para un escenario movedizo. Luis Caputo ya avisó en su entorno que usará los US$ 7.000 millones que aportarán los gigantes cerealeros para fortalecer, ahora sí, las reservas del Central y prepararse para la próxima corrida preelectoral.

Fuente: Clarín

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