Domingo 16 de Noviembre de 2025
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Milei: sin los dólares no se podía, ¿con los dólares alcanza?

La crisis que asomaba el viernes pasado trastocó en euforia en los mercados. ¿Cómo trasladar el alivio financiero a las urnas?

 

La secuencia -primero tuits, luego imágenes- fue vertiginosa. El lunes, el hilo de cuatro posteos de Scott Bessent anunciando el apoyo a Milei sacudió el avispero financiero y político.

Le siguió el tuit del propio Trump y, más tarde, el breve encuentro entre los presidentes, en el que el norteamericano, desorientado, aventuró la reelección de Milei. (No se puede definir como reunión lo que se vio, porque nadie del lado argentino abrió la boca, salvo Milei para decir: "Thank you Mr. President", cuando Trump le entregó como apoyo ¡su tuit impreso!).

El mismo vértigo se apoderó de los mercados, y la crisis que había amenazado el viernes viró a euforia entre lunes y miércoles.

Los títulos periodísticos positivos se empujaban entre sí. Caída del riesgo país, caída del precio del dólar, suba de las acciones y los bonos, por un lado. Anuncio de apoyo por 20 mil millones de dólares del gobierno de los EE.UU, anuncios de créditos del Banco Mundial y del Banco Interamericano, reunión "muy positiva" con Kristalina Georgieva del FMI.

El clima de triunfalismo y excitación se construyó en cuestión de horas y recorrió desde Nueva York a Buenos Aires. Lo explícito y contundente del apoyo lo justificaba. El gobierno recuperó la respiración frente al ahogo de la semana pasada, y la oposición, que ya pronosticaba el final, vio cómo se debilitaban sus deseos destituyentes. Perdía, también, la ilusión de que la falta de dólares empujara a Milei a medidas impopulares que le costaran su capital político.

Nada de eso pasó, y el presidente encara con aire renovado el mes que falta para las elecciones legislativas.

Todo cambió. ¿Todo cambió?

La pregunta encierra una trampa y obliga a la ambigüedad: sí y no. Que ese interrogante encuentre una respuesta unívoca dependerá del delicado vínculo entra la política y la economía. O para decirlo directamente: que la habilidad política complete el círculo que empezó a dibujar la economía.

La observación supone un dato clave: para la cuestión política no hay Trump ni Bessent a quienes recurrir, la capacidad para construir consensos no se pide prestada, y la intuición para conectar con los votantes no viene en manuales.

La buena noticia para el gobierno es que lo supo hacer: ganó una elección contra todos los pronósticos. La mala es que parece haber extraviado esa brújula: perdió la elección legislativa bonaerense a pesar de lucir la escarapela de un logro mayúsculo, bajar la inflación.

Más aún, su convicción era que la baja de la inflación alcanzaba para ganar en las urnas. Y en esa creencia -y esa soberbia- "se le escapó la tortuga."

"Si hemos cometido errores en lo político, los vamos a trabajar", dijo Milei aquel domingo de derrota electoral. "Vamos a corregir todos nuestros errores", aseguró. "Y hacer una profunda autocrítica".

Ese es el desafío que aún propone un signo de pregunta. ¿Cómo conectar la euforia del mercado con el voto en el conurbano bonaerense y en el interior del país? ¿Cómo recrear las expectativas? ¿Sirve seguir polarizando con Cristina Kirchner y el kirchnerismo cuando la vicepresidenta está en prisión domiciliaria?

Sin los dólares, no habría espacio para estas preguntas. Pero los dólares no ofrecen todas las respuestas. Lo que sigue tendrá que buscarlo Milei. ¿Lo encontrará?

Fuente: Clarín

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