Domingo 09 de Noviembre de 2025
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El peligro de la velocidad que va adquiriendo la crisis

  • La difusión de los audios hizo recrudecer la pelea dentro del Gobierno.
  • Existe en desarrollo una crisis detonada por la política que está impactando en un andamiaje económico libertario al que los “econochantas” (así bautizados por el Presidente) venían señalando debilidades.

Nadie mejor que Javier Milei ha descripto la velocidad con que la realidad política va sufriendo mutaciones en la Argentina. El 4 de agosto al hablar en la Fundación Faro, en Puerto Madero, había asegurado que “si ganamos en septiembre es el fin del kirchnerismo”. Veinticuatro días más tarde (el 28) en un discurso que pronunció en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICYP) se encargó de rehacer aquel diagnóstico. “Septiembre será nuestro piso. Lo mejor vendrá en octubre”, auguró. Una manera indudable de alentar expectativas que, por distintas razones, parecen estar menguado.

Existe en desarrollo una crisis detonada por la política que está impactando en un andamiaje económico libertario al que los “econochantas” (así bautizados por el Presidente) venían señalando debilidades. El escándalo de los audios por el cobro de supuestas coimas (3%) de parte de Karina, El Jefe, y Eduardo “Lule” Menem, por medicamentos que la droguería Suizo Argentina suministraba a la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) obró como un auténtico disparador de todo. El Gobierno asumió una rudimentaria estrategia defensiva. La oposición fragmentada salió de su encierro. El kirchnerismo, con Cristina Fernández bajo arresto domiciliario por corrupción, se animó a pasar a la ofensiva.

La velocidad de los acontecimientos indujo al Presidente y a Luis “Toto” Caputo, el ministro de Economía, a tomar medidas de emergencia que no figuran en ninguno de los manuales del liberalismo libertario. El miedo a la inflación pudo más. Pablo Quirno, secretario de Finanzas, oficializó la intervención gubernamental para intentar morigerar la cotización del dólar. Esa maniobra encubierta venía sucediendo. Lo serio de la situación macroeconómica forzó a su blanqueo. Nada de la libre flotación que se había acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Después de la salida del cepo Milei había afirmado (en abril) que llevarían el valor del dólar a mil pesos, la línea inferior de la banda. Cuatro meses más tarde pugna con cierta desesperación que el valor de la moneda estadounidense no golpee la banda superior de $1400. En el interín “Toto” Caputo ensayó malabares e impulsó la tasa de interés a números exorbitantes (80%). La intervención comunicada indicaría que esas recetas fracasaron.

El Gobierno dispondría de alrededor de U$S1700 millones para aquella operación. Una cifra atendible si los comportamientos colectivos no salen de carril. Hay una estadística que resulta difícil obviar. Desde el levantamiento del cepo se registró una compra mensual de U$S2 mil millones de parte de cerca de un millón de personas. En julio hubo un salto: 1.300.000 personas acopiaron U$S3400 millones. Habrá que esperar el saldo de agosto.

El cambio de rumbo del Gobierno podría tener interpretaciones contrapuestas. Se entendería por el examen electoral del domingo en Buenos Aires cuyo pronóstico para los libertarios ha dejado de ser alentador. Significaría, bajo la mirada de otro cristal, una señal inconveniente para mercados e inversores sobre la auténtica sostenibilidad del plan.

Esa situación, tal vez, podría amortiguarse si el Gobierno exhibiera solvencia y unidad en el comportamiento político. Ocurre lo contrario. La difusión de los audios del ex titular de la ANDIS, Diego Spagnuolo, generó una diáspora en el poder, hizo recrudecer los enfrentamientos internos e impacta en una columna vertebral del sistema: el Presidente, Karina, y Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad catapultada a candidata a senadora en la Ciudad. Las esquirlas también rozan a Santiago Caputo. El sentido común parece haber dejado a salvo a Guillermo Francos, el Jefe de Gabinete.

El Gobierno hizo en su intento defensivo dos movidas sorprendentes. Una denuncia penal por presunto espionaje promovida por Bullrich contra los periodistas Jorge Rial y Mauro Federico (C5N y el streaming Carnaval) a raíz de la difusión de los audios de Karina y Spagnuolo. El escrito, redactado por Fernando Soto, abogado del Ministerio de Seguridad, pidió además el allanamiento de los domicilios de aquellos periodistas. Bullrich negó tal solicitud, pero su error o su desconocimiento quedó en evidencia cuando le mostraron el texto durante una entrevista por televisión. Para zafar de la evidencia recurrió a una explicación que, más tarde, repitió el Presidente: “No son periodistas. Los periodistas tienen otra construcción (¿). Son espías”, afirmó.

La ministra de Seguridad amplió sus fundamentos con revelaciones llamativas. Involucró en la tarea de espionaje a supuestos grupos de ciudadanos rusos radicados en la Argentina. A maniobras del régimen venezolano de Nicolás Maduro e, incluso, al titular de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio Tapia y a su adláter Pablo Toviggino, hombre opaco muy cercano al gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora.

Esa denuncia fue tomada por el fiscal Carlos Stornelli quien prometió investigar haciendo antes una aclaración que deja mal parada a la administración libertaria. No autorizará ningún allanamiento a los periodistas ni les pedirá la revelación de sus fuentes por la difusión de los audios. Resguardo correspondiente para la libertad de expresión.

La otra acción judicial fue realizada por Karina con el patrocinio del abogado Santiago Viola. Todo aflora enrevesado en el mundo libertario. Viola es el apoderado de La Libertad Avanza. Fue en algún momento defensor de Leandro Báez, uno de los hijos de Lázaro, por la ruta del dinero K. Ha sido querellado por el juez Sebastian Casanello por una denuncia falsa sobre supuesta reunión en Olivos del magistrado con Cristina Fernández y el empresario K.

La presentación de Viola fue recogida por el juez en lo Civil y Comercial Alejandro Marianello quien luego de un alegato en favor de la libertad de expresión prohibió que se difundan los audios de Karina grabados en la Casa Rosada. No fue claro. Nadie atina a precisar si refiere a los audios inocuos ya divulgados o a otros que amenazan con conocerse. Tampoco se entiende por qué motivo alude al palacio de gobierno sin tener comprobación, salvo los dichos del portavoz Manuel Adorni. Ahora se conjetura que los diálogos pudieron haberse producido en la Cámara de Diputados junto a su titular, Martín Menem. Marianello, tal vez, avanzó por otro motivo: le pesan cinco denunciasen el Consejo de la Magistratura por supuesto acoso sexual. Se desempeña con una perimetral respecto de sus empleadas.

La relevancia que van tomando los escándalos y las contramarchas en materia económica parecerían otorgarle una intensidad a la crisis que desde la cima del poder desciende al llano. Milei hace sus últimas apariciones en suelo bonaerense para las elecciones del domingo. En tanto, ha sido posible constatar deserciones en jurisdicciones donde los libertarios deberían cosechar una buena diferencia para dar pelea voto a voto. Sería el caso del conurbano norte, correspondiente a la Primera Sección. Numerosas mesas de campaña de LLA fueron de repente levantadas.

Fuente: Clarín

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