Luis Brandoni, el “enemigo” de Mozart y del kirchnerismo: “Quieren salvarse de la cárcel y no lo van a lograr”
- A los 82 años, será Salieri en "Mozart, camino de Praga".
- Y no evita la política: dice que el peronismo nunca fue democrático, que Milei "no dejó cagada por hacer" y que "Argentina, 1985" es una película canalla.
“No entran ni en balotaje. No me morí todavía, estoy con la esperanza de poder ver que todo esto terminó”, suelta Luis Brandoni hablando de política en un café de Retiro, antes de contar sobre los detalles de la obra que está a punto de estrenar, con un formato totalmente inédito para él, pero a sus 82 años quiere seguir enfrentando nuevo desafíos.
Se trata de una adaptación de la obra Mozart, camino de Praga, un viaje musical basado en la nouvelle del poeta alemán Eduard Mörike, y cuenta el viaje de Mozart con Constanze de Viena a Praga para el estreno de la ópera Don Giovanni.
Luis Brandoni, en el personaje de Salieri (aquel músico que envidiaba y a la vez admiraba a Mozart), será el narrador de la travesía del creador de La flauta mágica, con sus vivencias, sentimientos y anécdotas, y con la presencia musical del Ensamble Concentus de BA, bajo la dirección de su fundador Ricardo Sciammarella y Pablo Saraví como violinista solista.
Actor y político, Brandoni fue secretario general de la Asociación Argentina de Actores, a lo largo de sus sesenta años de carrera recorrió todo el país haciendo teatro -de obras argentinas, como le gusta subrayar-, apasionado y comprometido, tiene un público que lo quiere y el reconocimiento de sus pares. Viene de ser precandidato a primer diputado del Parlasur en la lista de Patricia Bullrich, en las PASO que le ganó a Horacio Rodríguez Larreta.
El encuentro con el actor es por la mañana y trae la indignación de quien acaba de leer los diarios. Con la candente coyuntura política resulta ineludible que la conversación no se cuelen los temas actuales.
“¡No tienen límites! Como jubilaron a la jueza, ahora el kirchnerismo quiere nombrar 70 jueces a ver si pueden salvarse de la cárcel. Y no se van a salvar. Nunca tuvieron límites”, suelta con vehemencia. “Pero va a haber un cambio”, se atreve a aventurar.
Sin pelos en la lengua. Luis Brandoni dice que los kirchneristas no tienen límites. Foto: Federico López Claro
-¿Qué le hace pensar eso?
-Hay síntomas. Mauricio Macri, por ejemplo, sufrió menos paros generales que Raúl Alfonsín. Se presupone que a Alfonsín lo podían odiar un poco menos que a Macri. Lo curioso es que se suponía que Macri no sabía un carajo de política, pero fue el primer presidente no peronista que terminó su mandato después de 91 años. Nunca fue democrático el peronismo.
-Algunos sindicalistas y gobernadores llevan casi medio siglo en el poder, no han demostrado mucha vocación democrática.
-Se va a acabar. Y el que terminó precozmente fue Milei. No dejó cagada por hacer.
Un poco de susto
-En medio de toda esta loca coyuntura va a estrenar una obra muy particular que cruza música clásica y teatro. ¿Cómo llegó y qué lo atrajo de este proyecto?
-Me resultó curioso. Sciammarella decidió convocarme, porque me escuchó en un reportaje y me dijo que lo que necesitaba era una voz como la mía.
Debo decirte que soy casi ajeno a todo esto. La idea es de Sciammarella, él hizo la adaptación del libro de Mörike. Es una idea muy linda. Estoy bastante entusiasmado, con un poco de susto porque tengo que leer. Y voy a tener el gusto de volver a hacer teatro leído, pero sin micrófono. Eso es el teatro. La gente va a escuchar la voz humana.
-Le gusta seguir tomando riesgos...
-Sí. Podría haber llegado un poco antes, pero bueno (risas). El acierto de Sciammarella es que va a acercar otro público a la música clásica. Tengo la esperanza de que la gente salga encantada.
Luis Brandoni considera que "Argentina, 1985" es una "película canalla". Foto: Federico López Claro
-¿Cómo es su rol?
-Soy una especie de relator de un episodio de la vida del matrimonio de Mozart y su mujer Constanze. Cuento el viaje de Viena a Praga para el estreno de Don Giovanni, y una o dos anécdotas con mucha gracia.
Hay una orquesta -según dice Sciammarella, de cámara, pero son 34 músicos-, yo voy a estar con un atril y con intervenciones que tienen que ver con lo que la música va a subrayar. La orquesta toca todo el tiempo, yo voy a estar al costado de la orquesta. Yo inicio el relato, en algunos casos estaré presente y en otros ausente cuando la orquesta toque. Creo que va a ser muy atractivo para el público.
-Siempre estuvo muy atento a la respuesta del público.
-Sí, claro. El público opina en el teatro. Esto es algo nuevo y me interesa mucho lo que pase con el público.
El humor y la realidad
-Se sabe que Mozart tenía un gran sentido del humor, en la obra no faltan toques humorísticos. Pero en la realidad actual, el humor, tal vez una de las expresiones más agudas de la racionalidad, parece estar en retirada. ¿Cómo lo percibe?
-A medida que pasa el tiempo cobra mayor importancia Tato Bores. Él tuvo muchos autores, pero el programa se le parecía y lo decidía él. En los años '60 tuve la suerte de hacer una gira con él y con el Quinteto de Astor Piazzolla. Tato hacia un programa de humor político y al final del programa, él se sentaba en un sillón fumando un habano y tocaba el Quinteto.
No es casualidad la actualidad que tienen sus monólogos. Y Niní Marshall, que nadie se la apropia porque no era peronista. Se tuvo que ir de país. Yo la escuchaba por radio cuando no había televisión. Era una personalidad adorable, de una humildad extraordinaria. Ella escribía sus propios libretos.
Luis Brandoni se considera un hombre del tango. Foto: Federico López Claro
-¿Cómo es preparar un texto de estas características? Además, hace el personaje de Salieri, injustamente acusado de haber envenenado a Mozart.
-El narrador, el que cuenta todo, es Salieri y desmiente que fue envenenando de a poco a Mozart. Pero también él dice que lo quiso mucho y sufrió la envidia, que es un sentimiento vergonzante. ¡Pero no se podía sentir otra cosa con Mozart!.
En ese sentido. es muy lindo sacar del bronce a estos genios. Salieri cuenta cómo le gustaba el juego a Mozart, incluso en un momento dice que bailaba muy bien. Y yo también voy a interpretar ciertas cosas que cuenta Mozart, como cuando hace algunas paradas en medio del viaje en la casa de un conde. Ahí va a opinar el público y eso me tiene muy curioso.
-Y la experiencia de escuchar el sonido de una orquesta desde tan cerca, ¿cómo lo sintió?
-Lo voy a saber este lunes cuando ensayemos con la orquesta. Pero me imagino que va a ser algo sobrecogedor.
-¿Qué relación tiene con este tipo de repertorio?
-Poca. En mi casa, de familia italiana, cuando era chico se escuchaba música italiana, sobre todo ópera italiana. Eso me quedó grabado en el corazón.
Te cuento una anécdota. Mi hermano mayor, que ya no está, me dijo una vez: “Beto, si un día filmás una película, poné música de ópera italiana. Es infalible”. Y un día, vaya a saber por qué, vi El Padrino III -nunca vi ni la 1 ni la 2-, había pasado más de la mitad de la película y no ocurrían cosas, hasta que el Padrino va a Nápoles a escuchar el debut del hijo en la ópera Cavalleria Rusticana. Ahí arranca la música, no termina hasta el final, y la película tiene un empuje fenomenal.
Era verdad lo que decía mi hermano. Así que, esa es mi relación más estrecha con la música clásica.
Jazz y mucho tango
Luis Brandoni, entre el director Ricardo Sciammarella y el violinista Pablo Saraví. Foto: Ariel Grinberg
-Seguro que la música tiene una presencia importante en su vida. ¿Cuáles son sus preferencias?
-En el secundario, por ejemplo, me interesó mucho el jazz. Mi hermano también escuchaba jazz. He escuchado a grandes bandas, por ejemplo, Duke Ellington, que me han cambiado el oído.
-¿Escuchaba jazz en vivo?
Sí, jam sessions. Llegué a escuchar al Mono Villegas, tengo sus discos.
-Personaje extraordinario.
-Sí, muy curioso. Me contaron que un día él estaba en Madrid y se entera que había un lugar donde tocaba jazz un pianista ciego que era una maravilla. Fue al lugar y le gustó mucho. Cuando el pianista terminó de tocar, era Tete Montoliu, el Mono fue a saludarlo. Le dijo que le gustaba mucho y le preguntó si tenía la influencia de algún pianista en particular. Y le dijo “Sí, sobre todo de un pianista argentino, que no me acuerdo cómo se llama”. “Soy yo -le contestó Villegas-, mucho gusto” (risas).
-¿Tiene algún recuerdo de una música que lo haya atravesado de manera intensa?
-Sí, tengo muchos. Soy tanguero. Esa es mi música. Vivo envenenado por eso.
-¿Por qué?
-Porque es un fenómeno artístico que gusta en el planeta entero y acá no se toca.
-Pero hay muchos jóvenes tocando tango.
-Sí, es una camada nueva extraordinaria. Pero viven cuando salen del país. Acá no pueden vivir. En el cine no está la música de Buenos Aires, tampoco en la televisión. Felizmente, Astor Piazzolla inventó eso, porque lo mataron hasta el día de su muerte, al mayor músico de la historia argentina. Canaro le decía degenerado.
Hasta que un día Piazzolla decidió no llamar más tango a lo que hacía y le puso “música de Buenos Aires”. Efectivamente, era la música de Buenos Aires, tenemos una ciudad con música propia, como el vals en Viena.
Luis Brandoni hará en "Mozart camino a Praga" su primera experiencia con una orquesta clásica. Foto Ariel Grinberg
-¿Durante su exilio el tango lo ayudó a sentirse más cerca de Buenos Aires?
Sí, pero no lo descubrí en el exilio ni me conmovió porque estaba fuera del país. Yo era hincha de Osvaldo Pugliese desde que tenía 11 años, y compraba sus discos. Y a esa edad, vivía en Dock Sud, supe que venía la orquesta de Varela-Varelita y me colé en la milonga para verlos a ellos.
Crisis de autoridad
-Mozart fue un gran humanista, estaba atravesado por los ideales de la Revolución Francesa, pero no llegó a verlos materializados porque murió poco después. ¿Cómo ve hoy esos ideales? ¿Cree que gozan de buena salud?
-Creo que hay una gran crisis de autoridad y, en gran parte, la responsabilidad la tienen los padres. No sé si es para bien, para evitar disgusto a los chicos.
-¿En qué lo ve concretamente?
-Me sorprendió mucho, por ejemplo, y de manera desagradable, que los chicos se enteraran de los juicios a las juntas por la película Argentina, 1985. Es una cosa tremenda. ¿Cómo no le contaron a sus hijos un episodio que sacudió al mundo?
No se lo contaron y se enteraron con una película canalla. No aparece Raúl Alfonsín, bien peronista, porque ellos mandaron a votar la autoamnistía de los militares. Como el peronismo no formó parte de la CONADEP, entonces engañan a los chicos que vieron la película porque ellos no saben de dónde sacaron las razones, los motivos para juzgarlos. ¿Quién los denunció a los militares? La CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas)..
-¿Qué lugar le parece que tienen el arte en lo social, en particular en momentos de crisis?
Es inevitable el arte. La música particularmente tiene más facilidad de acceso. He hecho mucho teatro durante sesenta años, con la decisión de hacer teatro nacional. Me parece que vale la pena y hay que hacerlo. Creo que el arte tiene una importancia fundamental.
Ficha
Mozart, camino de Praga
Programa: Obertura de la ópera Don Giovanni, Concierto para violín Nº2 en Re mayor, Sinfonía en Re mayor Praga Con: Luis Brandoni (actor), Pablo Saraví (violín solista), Ensamble Concentus BA Dirección: Ricardo Sciammarella Teatro: Avenida, Av de Mayo 1222 Función: Martes 12 de septiembre, a las 20.
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Sobre la firma
Laura Novoa
Especial para Clarín
Fuente: Clarin